martes, 20 de agosto de 2013

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     Luego de mucho tiempo, volvieron a cruzarse.
-¿Qué me ves?- Dijo ella.
-Estás muy linda- El la miraba y sonreía. 
-¿Linda, dices? Estoy llorando, ¿Qué tiene eso de lindo?
-Es que solamente en tus lágrimas veo quien eres realmente-
     Ella era una persona fría, distante, calculadora; sin embargo, lloraba. En esta ocasión, lloraba.
-No sabes lo que dices, ¿Cómo es que puedes verme a través de mis lágrimas?
-Es como lo digo, en tus lágrimas veo quien eres. Veo que eres humana, veo que tienes sentimientos; veo que eres débil como cualquier persona. Veo que aunque parezcas fuerte para el resto del mundo, eres alguien que necesita ser protegida-
-¿Y por qué no has visto todo esto antes?
-Siempre lo he visto, pero necesitaba que tu lo vieras-
-Yo lo veo, se que soy débil, y por eso no puedo permitir que los demás lo sepan. Por eso fui así contigo, no podía quedar expuesta-
-Yo siempre lo supe, pero yo no era alguien de quien debías cuidarte-
-Ahora lo comprendo. Ahora que estás lejos y me doy cuenta de cuanto necesito que me cuides-
-Ven aquí-
     Se abrazaron. Ambos lloraron. La vida, nuevamente, unía sus caminos.

domingo, 18 de agosto de 2013

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     Al parecer, es común sentirse solo, incluso al estar rodeado de gente... Es una sensación rara; sentirse, verse rodeado de amigos, familiares, compañeros, infinidad de personas, y sin embargo, sentirse totalmente solo. Es contradictorio, pero cierto. No les ha pasado? No sienten a veces que nadie conoce sus secretos? O que nadie se da cuenta cuando una sonrisa, detrás de sí oculta lágrimas? O que no pueden confiar en nadie? Y sonreír. No cuesta, al principio, pero después de llevar años y años una sonrisa falsa, empieza a pesar. Y no duele la sonrisa en sí, duele el alma... El alma llora pero no lo expresa, y ese dolor se acumula, y hace más pesada la vida. Sería tan fácil si la gente notara el alma! Ya no preguntarían "¿Por qué siempre estás feliz?" Simplemente vendrían y me abrazarían. Y entenderían el porque me cuesta tanto confiar en la gente, el porque de ser tan poco afectuosa y apegada a los demás, el porque de mis acciones...
     Seguramente, si alguien que me conozca lee esto, no entenderá el porque lo escribo, no creerá que sea yo la que lo escribí; no concuerda en lo más mínimo con mi personalidad. Pero a los que realmente creen conocerme, ¿Cuántas veces me han visto llorar?